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Bullying: ¿cómo lo llamábamos antes?
20 | 10 | 2017
" Tenía 11 años, venía de una escuela rural de 10 alumnos entre todos los cursos, y el cambio de colegio me supuso un shock. Era la nueva, de repente me encontré en una clase con 30 compañeros, siendo la única que se sentaba con un chico, y allí empezaron las burlas, el acoso, los comentarios dentro y fuera de clase.. primero porque me sentaba con un chico, después por el accento que era más cerrado, después porque los bocadillos eran diferentes a los que comían ellos... Cualquier diferencia respecto a los demás era motivo de burla. Empecé a tener miedo, a no querer ir al colegio, a somatizar dolores de barriga a diário, a sentirme triste, a vivir la soledad.. y yo que era una niña abierta y alegre, me sentía cada vez más tímida e introvertida.
Me pregunto: ¿Sufrí bullying? ¿Cómo me afectó?
Expertos sobre el bullying lo definen como "El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar o, incluso, por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado"
Desde hace ya unos años que desgraciadamente oímos mucho sobre bullying, según la ONG 7 de cada 10 estudiantes en Catalunya sufre insultos, y un 34,5% afirma haber recibido golpes. En España un 9,3 % de los alumnos han sufrido en alguna ocasión acoso escolar de forma continuada, siendo las niñas las que sufren mayor numero de casos de 10,6 % frente a un 8 % en niños.
Son datos muy elevandos que se han convertido en una generación que además de sufrir esos hechos, también se ha preocupado de ponerle un nombre, estudiar, debatir sobre el tema, y buscar estrategias y soluciones para pevenirlo y tratarlo.
¿Y antes? ¿ Qué nombre le poníamos?
Seguramente muchos de vosotros os habeís sentido así en el colegio, con más o menos intensidad, con consecuencias más o menos graves, de forma constante o puntualmente..y ahora tenemos 30-40 años y mirando hacia atrás nos hacemos la pregunta de si lo que vivimos era bullying y de qué manera lo fuimos afrontando.
Dejo esas reflexiones abiertas porque considero que es un tema que todos podríamos repasar estos hechos en nuestras historias de vida, más ahora que hemos puesto más consciencia en la problemática. Y no desde la intención de sentir si somos parte de esa etiqueta, sino de poder reflexionar sobre si relamente me pudo afectar y de qué manera me ha condicionado mi cáracter y manera de ser..
¿ Deja secuelas el bullying?
Según los psiquiatras expertos, entre el 70% y 80% de los niños que sufren estos maltratos pueden acabar desarrollando un transtorno mental, siendo frecuentes los símptomas de anisedad, depresión, transtornos psicomáticos o hasta llegar al suicidio. La presión es tan fuerte y las emociones en esas etapas son tan frágiles que pueden llegar a causar daños muy preocupantes.
En mi caso aunque no recurrí a la ayuda, fruto del desconocimiento y los pocos medios especializados, reconozco que hubieron afectaciones en mí carácter, desde empezar a ser más retraída, a tener serias dificultades de hablar en público ( cuando siempre me pedía ser la protagonista de las obras de teatro de la escuela) y tener una timidez muy bloqueante con los adultos, sobretodo a lo que se refería a mi relación con la autoridad. Hoy en dia, a través mi profesión y dedicación personal al proceso terapéutico, me ha permitido avanzar mucho esas dificultades y traspasar esos limites que me condicionaron tanto en su momento. Pero también sabemos que muchos acosos escolar se han silenciado o se han detectado demasiado tarde causando serios problemas.
El bullying existe desde que existe la escuela, surge de la relación de abuso y poder entre iguales, y en función de nuestro caracter, recursos internos y externos, sabremos hacerle frente de manera u otra. Son nuestros niños pasados, presentes y futuros los que con su desarrollo nos dirán como lo hemos hecho, si hemos puesto las medidas oportunas, si les hemos ayudado a expresarse y sentirse comprendidos, y si les hemos ofrecido el espacio para transformarlo.
Así que apostemos por la comunicación, las relaciones saludables y crear espacios oportunos para que nuestros jóvenes les permita mostrar sus emociones y sus preocupaciones.
**Colabora en nuestro proyecto social desde este enlace:
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Helena Masnou
Especialista en Salud mental y Addicciones
Co-directora del proyecto Omnia Teens**
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