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Finançat el 19 / 01 / 2017
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Obtingut
€ 9.499
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€ 8.450
Òptim
€ 14.800
113 Cofinançadors
Canal
  • Aportant € 5

    Agradecimiento en Informe y Web

    Reconocimiento público en el Informe elaborado y en nuestra web por el apoyo recibido

    > 03 Cofinançadors
  • Aportant € 10

    Documentación clave del proyecto (versión digital)

    Dossier "Realojando Derechos" (versión digital) en el que se recojerá tanto el Informe final como los materiales audiovisuales y otros materiales complementarios que se vayan generando en el proceso + Agradecimiento

    > 11 Cofinançadors
  • Aportant € 15

    Camiseta "Sin Vivienda no Existes"

    Camiseta de la campaña impresa por las dos caras + Dossier (versión digital) + Agradecimiento

    > 25 Cofinançadors
  • Aportant € 30

    Documentación clave del proceso (papel y DVD)

    Dossier "Realojando Derechos" (versión papel y DVD) en el que se recojerá tanto el Informe final como los materiales audiovisuales + Agradecimiento

    > 06 Cofinançadors
  • Aportant € 50

    Documentación Clave + Camiseta "Sin vivienda no existes"

    Dossier "Realojando Derechos" (versión papel y DVD) + Camiseta + Agradecimiento

    > 15 Cofinançadors
  • Aportant € 75

    Libros del “Cruce de Saberes y Prácticas” (2 tomos)

    Libros recientemente publicados, recogen la metodología y dos proyectos pilotos sobre "El Cruce de Saberes y Prácticas", enfocado a permitir el trabajo conjunto entre personas en situación de pobreza, profesionales y universitarios + Documentación clave del proyecto + Agradecimiento

    > 09 Cofinançadors
  • Aportant € 100

    Taller Formativo "Luchar contra la pobreza junto con quienes la sufren”

    Taller para tu grupo o entidad de 3 horas de duración + Documentación clave del proyecto + Agradecimiento.

    > 03 Cofinançadors
  • Aportant € 200

    Taller Formativo "Luchar contra la pobreza junto con quienes la sufren”

    Taller para tu grupo o entidad de 8 horas de duración + Documentación clave del proyecto + Agradecimiento.

    > 02 Cofinançadors

Adelanto de publicación "Realojando Derechos"

21 | 02 | 2019
Adelanto de publicación

Sí, sabemos que nos ha llevado más tiempo del previsto todo el trabajo en torno al documento "Realojando Derechos" que tantas personas y colectivos apoyásteis... No ha sido un proceso fácil, pero ya estamos cerca de su publicación, en breve os contaremos más. Por de pronto, os adelantamos una de las historias recogidas en el mismo, para ir abriendo boca:

“Nada para las personas que estamos excluidas sin contar con nosotras”

José

Es la primera vez que José coge un avión. El viaje va a ser fugaz, pues no se atreve a dejar sola a su familia una noche en la caseta en la que viven, situada en un polígono a las afueras de la ciudad, en una zona donde la soledad asusta cuando la actividad diurna desaparece. Allí viven él y su mujer con sus dos hijos desde hace un año y medio, cuando uno de los dueños del lugar le ofreció poder entrar a cambio de que le vendieran la furgoneta en la que vivían, en una zona aún más solitaria y sin ningún tipo de protección frente a visitas inoportunas. Donde vivían antes por las noches parecían alternarse las rondas de la policía, que reavivaban su miedo a ser expulsados, y las de grupos de desconocidos que José estaba seguro que venían a robar en alguno de los camiones que allí quedaban. En estos casos salía a la puerta de la camioneta, no para decirles nada, qué les iba a decir, sino para que supieran que no estaba vacía. Vivir allí era vivir atrapado en un miedo continuo... Ahora, por lo menos, donde está la caseta que les sirve como vivienda hay una verja de entrada que da cierta sensación de recogimiento.

En la televisión vienen hablando desde hace un tiempo del problema de la vivienda. José sigue con interés todo lo que sale sobre este tema, especialmente cuando aparecen los grupos de STOP Desahucios y la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) . Hay gente moviéndose, organizándose, luchando. Sin embargo, él no puede dejar de pensar que su situación es diferente. Y es que en los últimos años se ha hablado mucho de quienes a raíz de la crisis económica han perdido su casa, pero la historia de José no es esa, como tampoco la de mucha de la gente que conoce. Durante los años de supuesto desarrollo económico se encontraban ya en condiciones muy difíciles, y nunca encontraron una vía para acceder a una vivienda digna. Cuando ve en la televisión a alguien que perdió su casa tras no poder pagar la hipoteca en la que se embarcó mientras tenía un trabajo, siente que su situación es fácil de entender y hay personas dispuestas a ayudar. En el caso de José no ha sido así. Lleva tiempo percibiendo la Renta Mínima de Inserción, y en las pocas ocasiones en las que ha encontrado trabajo ha sido sin contrato. En los escasos momentos en los que ha tenido ingresos suficientes ha intentado alquilar un piso, pero al ver que era gitano y que su situación no era muy estable enseguida se esfumaba esa posibilidad. Ni hablar de una hipoteca, claro. José no se siente tratado como una víctima del sistema, como sí que se habla de quienes han caído en la pobreza por causa de la crisis. Siente que le tratan como un parásito, como alguien que no quiere más que aprovecharse, al que en vez de apoyar hay que quitar de en medio .

Hoy, sin embargo, es un día especial. Hoy José viaja a Bruselas, al Parlamento Europeo, donde le han invitado a participar en una sesión de trabajo sobre sinhogarismo. Ha sido a través de ATD Cuarto Mundo, asociación en la que participa desde hace años en el grupo de trabajo de lucha la vivienda, ahora transformado en la Asamblea de Vivienda Digna para Todas las Personas. Por eso no va a hablar solo de su situación, sino de la de todas esas familias invisibles y estigmatizadas que tan bien conoce tras toda una vida atrapado en los márgenes. El avión sale pronto, son las 6 de la mañana. Tras superar la emoción del despegue, consigue entrecerrar los ojos y todo su esfuerzo de estos años persiguiendo el sueño de una vivienda digna aparece ante él: las diferentes chabolas en las que vivió de pequeño; el realojo de sus familiares, del que quedó fuera al no conseguir que contabilizaran bien su antigüedad en el barrio ; la soledad de él y su mujer en la zona de chabolas en la que quedaron abandonados a su suerte; la posterior huida hacia el barrio donde llevaron a su madre, para poder así reconstruir los lazos de apoyo familiar que ayudan a salir adelante en el día a día; el carrusel de viviendas ocupadas, furgonetas y casetas de obra que se han venido sucediendo, siempre sin un horizonte claro, siempre luchando por encontrar una seguridad, una estabilidad y una esperanza de futuro que nunca llegaba. Mientras tanto, en estos años, ya ni sabe cuántas solicitudes de vivienda ha presentado: al IVIMA, a la Empresa Municipal de la Vivienda, a algunos bancos que lanzan promociones de alquiler social… Pero nada. Muchas de estas viviendas son sólo para familias que han sufrido un desahucio hipotecario, algo que él nunca ha podido llegar a soñar . Otras, llamadas de “especial necesidad”, incluyen unos requerimientos que hacen que durante muchos años no haya podido ni siquiera ver aceptada su solicitud. Le pedían unos certificados sobre su situación de vivienda que le ponían en riesgo de ser desalojado o, aún peor, de que le pudieran quitar a sus hijos.

El día en Bruselas pasa rápido, con diversas entrevistas con europarlamentarias en las que José comparte algunos de estos episodios de su vida, así como otras situaciones que conoce de su entorno y de la Asamblea de Vivienda Digna para Todas las Personas. Estos diálogos van aclarándole cual es el mensaje esencial que quiere transmitir. Así, al final de la jornada, en la reunión con el grupo de trabajo “Derechos Humanos y Extrema Pobreza”, organizador de esta jornada sobre personas sin hogar, José coge el micrófono seguro de sí mismo y del mensaje del que es portavoz:

*“La vivienda no es solo un sitio para vivir. Supone muchas cosas en la vida: poder tener acceso a un trabajo, a la salud, a poder ser alguien. Porque en esta sociedad, sin vivienda no existes. Y eso sólo lo sabemos quiénes sufrimos esta carencia.

Cuanta más necesidad tiene uno de una vivienda, más difícil es conseguirla. Te obligan a certificar dónde vives, a través de técnicos o la policía, pero si donde resides es ilegal en cuanto vengan van a desalojarte. Eso nos lleva a la mayoría de la gente a tomar decisiones que no queremos tomar, como por ejemplo las ocupaciones ilegales, porque prácticamente es la única vía que le queda a la gente.

Señores y señoras, estar con una necesidad de vivienda es una situación muy grave. Y cuando uno tiene familia es todavía peor, porque en el momento en el que uno se ve en la calle con una familia las administraciones no lo permiten. Entonces, que promuevan iniciativas con éxito, porque las políticas de vivienda que existen no son efectivas. Es hora de promover un cambio, por pequeño que sea. Solución inmediata por supuesto que no la hay, pero si entre todos arrimamos el hombro podríamos encontrar una pequeña ayuda.

Existimos. Estamos ahí fuera. Somos muchos y estamos sufriendo. De corazón, les pedimos a cada una de las personas que puedan aportar su granito de arena que ayuden para promover un cambio. Para que todos los días nos podamos levantar con una sonrisa, en vez de estar sin apenas ganas de vivir, viendo que nuestra familia, nuestros hijos, cada día tienen más miseria. Por favor, hagan posible ese cambio”*.

Sus palabras encabezarán semanas después la carta que desde este grupo de trabajo se enviará al presidente de la Comisión Europea: “Sin vivienda no existes“. En ella se demanda un compromiso serio con políticas de vivienda que no dejen a nadie fuera. Estas palabras de José, junto a la invitación a salir al encuentro de estas realidades, siguen revoloteando en los siguientes días en la mente de muchas de las personas que le han escuchado: “Estamos ahí fuera”.

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