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Reflexiones sobre viajar puerta a puerta
17 | 06 | 2012
Para cerrar esta campaña de financiación del proyecto, ya embarcado en el trabajo de revisión de algunos textos que pasarán a formar parte del libro, me gustaría compartir estas reflexiones que me planteaba después de 40 días de viaje. Son un poco el resumen de lo que significaba para mi viajar puerta a puerta. Ya había visitado Brasil y llevaba 10 días en Argentina; estaba chocado por todo lo que había recibido de las personas que me habían acogido...
"Después de 40 días viajando puerta a puerta, se me acumulan y me desborda de emoción las primeras reflexiones.
Me apetecía mucho plantear el viaje de esta manera, buscando siempre que fuera posible, el contacto con las personas; porque creo y confío en ellas. La teoría tenía una parte de juego, de diversión, de jugar a encontrar estos contactos de 6 grados de separación... pero cuando esta teoría pasa a la práctica y los contactos pasan a ser reales, todo lo que había imaginado o planificado, se maximiza hasta niveles inimaginables.
Me vienen a buscar al aeropuerto a altas horas de la noche, me ceden la mejor habitación de su casa, preparan las mejores comidas y me acompañan a pasear y a mostrarme todos los rincones de su ciudad y de su entorno. Me transmiten muchos aspectos de su cultura, de su país, de su gente, de sus problemas y limitaciones, de sus riquezas y posibilidades... me hacen partícipe de todo esto y ¡en primera persona! Algunos me han podido acoger en su casa, otros han dedicado todas las horas del día a mostrarme su tierra, sin que quedara ningún rincón por conocer... Y en todos los casos de forma voluntaria, sin esperar nada a cambio, por el solo hecho de compartir, de dar, de participar en este intercambio.
Esta manera de viajar tiene ciertas implicaciones, y la primera es que debes estar dispuesto a adaptarte a lo que venga (horarios, ritmo, comidas, incertidumbres, ...) y saber estar tranquilo y poder disfrutar de estos momentos tan cotidianos, personales y mágicos. Y la segunda, y más fuerte, es la sensación de eterno deuda que te genera; te lo dan todo, todo y todo. Y eso es impagable, no hay suficiente gracias que lo agradezcan suficientemente. Así que, aparte de que todos ellos están invitados a venir a mi casa, o iniciar proyectos profesionales conjuntamente, etc. no me cansaré de agradecerles todo esto.
Tengo un imán que por mil casualidades de la vida, me está conectando con buenas personas en todas partes donde llego, gente de todos los ámbitos, edades y profesiones, con quien se establecen unos vínculos muy fuertes. Y después de tres o cuatro días compartiendo la vida con ellos y ellas, ya me podría quedar a vivir allá (aparte de que me apasione su ciudad, sus paisajes o su cultura ...). Y el momento más difícil es cuando decides seguir el camino y continuar conociendo nuevos lugares, nuevas personas... Es muy duro despedirse cuando te han tratado así de bien, cuando te preguntan cuando volverás o si antes de cambiar de continente no podría hacer una zigzag y volver a visitarles, comer juntos o participar en otras actividades... es indescriptiblemente emocionante. No me lo esperaba por nada.
Sé que estos despidos no significan romper el vínculo, al contrario, van sumando experiencias en nuestras vidas, nos enriquece a todos mutuamente, pero hasta ahora, esta es la parte más dura del viaje.
Post original: 6 de abril 2010 http://www.rutabaobab.com/2010/04/reflexions-de-viatjar-porta-a-porta/
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